El 28 de enero de 1903 fallecía la compositora francesa Augusta Holmès. En sus inicios, Holmès publicó bajo el seudónimo de Hermann Zenta, tanto sus composiciones musicales como las letras de sus creaciones.
Estudió composición con Cesar Franck y su primera ópera Hero et Leandre fue representada en 1874, tras la cual estrenaría muchas otras, así como numerosos poemas sinfónicos, odas y dramas líricos.
- À Lydie (2 voces (soprano y barítono) y piano)
- A Trianon, [mélodie chant et piano]
- Andromède (orquesta)
- Aux heureux ! Mélodie
- L'appel du printemps (voz y piano)
- Chanson catalane ! Paroles de Emmanuel Des Essarts, musique de Augusta Holmès
- La chanson de Jean Prouvaire (voz y piano) , con letra de Victor Hugo, basada en la obra Los miserables.
- Le Chant de l'ange Israfel !
- Contes de fées (voz y piano)
- Contes divins,...
- Dans mon Coeur !
- Fantaisie (clarinete y piano)
- Les griffes d’or (voz y piano)
- Les heures (voz y piano)
- Hymne à Eros (voz y piano)
- Les lavandières (voz y piano)
- Lutèce (voz y orquesta)
- La montagne noire (voz, coro y orquesta)
- Marche des zouaves (manuscrit autographe)
- Pologne (orquesta)
- Prélude 'Ce que l'on entendit dans la nuit de Noël' (piano)
- Rondel (voz y piano)
- Les sept ivresses (voz y piano)
- Les sérénades (voz y piano)
- Une vision de Sainte Thérèse (soprano y orquesta)
- Vengeance! (voz y piano)
- Vingt Mélodies
- La vision de la reine (coro, violonchelo, arpa y piano)
Para celebrar el centenario de la Revolución Francesa, en 1889, fue a Holmès a quien se encargó escribir la Ode Triomphale para la Exposición Universal; una obra que requirió de mil doscientos
músicos, entre los novecientos componentes del coro y los trescientos
instrumentistas.
Sus composiciones eran estimadas y admiradas por Liszt y Wagner. De este último, Rubén Darío recoge, en Prosas profanas y otros poemas, un comentario que le hizo a la compositora, en cuyas palabras preliminares, expone:
Yo no tengo literatura «mía» -como lo ha manifestado una magistral autoridad-, para marcar el rumbo de los demás: mi literatura es mía en mí; quien siga servilmente mis huellas perderá su tesoro personal y, paje o esclavo, no podrá ocultar sello o librea. Wagner a Augusta Holmes, su discípula, le dijo un día: «lo primero, no imitar a nadie, y sobre todo, a mí». Gran decir.
Más información:
MACLEOD, Donald. "Sirens of the salon." The Guardian: 17 de junio de 2008.