Impresiones y recuerdos

«El genio por sí solo carece de valor; no puede producirse sin la ayuda del talento. El primero concibe, el segundo ejecuta; la belleza surge de la reciprocidad de ambos.
Gluck, Beethoven, Meyerbeer, Mendelshon y otros muchos genios de primera fuerza, ¿han de quedar reducidos acaso a compositores de talento porque se mostrasen ávidos de la perfección y sometiesen sus admirables creaciones a un trabajo lento y penoso de modificaciones, de correcciones, de sumas y restas, tanto en el fondo como en la forma?
A esto habrá quien conteste que Rossini escribió su Barbero de Sevilla en trece días y que Mozart fue Mozart. ¿Y qué? Porque Rossini y Mozart hayan sido dos naturalezas artísticas maravillosas, dos prodigios del arte, ¿habrá que deducir que los demás no hayan sido genios incomparables? ¿Dejan de serlo Rafael y Tiziano al lado de Miguel Ángel? ¿Acaso la belleza es mayor cuanto menos tiempo haya tardado en producirse? Que el dúo del cuarto acto de Los Hugonetes hubiera costado a Meyerbeer diez años de trabajo en lugar de dos días, ¿sería por eso más o menos bello?»

PEÑA Y GOÑI, Antonio. Impresiones y recuerdos: Carlos Gounod. Madrid: Zozaya Editor, 1879. 

Silvia Pato